La democracia en la encrucijada digital: Redes sociales y elecciones en Colombia 2026
September 26, 2025
Author:
Paula Andrea Valderrama Castro
Las redes sociales han revolucionado la participación política en América Latina, ofreciendo plataformas para la movilización ciudadana y el acceso a información, pero también han amplificado la desinformación política.

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Introducción
Las redes sociales han revolucionado la participación política en América Latina, ofreciendo plataformas para la movilización ciudadana y el acceso a información, pero también han amplificado la desinformación política. En Colombia, un país con una democracia relativamente estable pero marcado por la polarización, las elecciones son un escenario clave para analizar los beneficios y riesgos de estas plataformas. Según datos de Latinobarómetro (2024), el uso de Facebook en Colombia creció de 29,3% en 2010 a 68,3% en 2023, mientras que la satisfacción con la democracia fluctuó, alcanzando un mínimo de 17% en 2020 y 2023. Este contraste sugiere una desconexión entre el aumento del uso de redes sociales y la confianza en el sistema democrático.
La desinformación, caracterizada por narrativas falsas amplificadas por algoritmos y actores partidistas, polariza a la sociedad y debilita la confianza electoral (UNESCO, 2023). En Colombia, las elecciones de 2018 y 2022 enfrentaron campañas de desinformación que explotaron temas como la paz y la economía. Comparativamente, Brasil, con un uso de redes sociales del 60,3% y una satisfacción democrática del 21% en 2020, vio su sistema electoral cuestionado por narrativas falsas en 2022. En Venezuela, donde el uso de redes alcanzó el 71.3% y la satisfacción democrática fue del 14% en 2023, la desinformación agrava la erosión de indicadores democráticos, índice de proceso electoral de 0.00. Estos datos evidencian que la desinformación amenaza la participación informada y la estabilidad democrática.
Este Policy Brief sostiene, por un lado, que el uso responsable de las redes sociales en Colombia es esencial para promover una participación democrática inclusiva durante los procesos electorales; por otro, que la desinformación política, amplificada por algoritmos y actores partidistas, erosiona la confianza ciudadana y demanda mayor transparencia en las plataformas y alfabetización digital. Se analizarán los casos de Brasil y Venezuela para extraer lecciones aplicables a las elecciones generales en Colombia en 2026.
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Conceptos
Hegemonía cultural: Dominación ideológica mediante narrativas falsas (Gramsci, 1971)
Espacio público digital: Ámbito donde la desinformación afecta la democracia (Habermas, 1991)
Polarización informativa: División de opiniones amplificada por el consumo de información sesgada en redes, profundizando conflictos electorales (Stroud, 2010)
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Construcción de una cultura digital
El medio social es clave para la participación política en Colombia, ofreciendo a los ciudadanos una plataforma para expresar sus voces, debatir temas cruciales de cara a las elecciones en 2026 y buscar información política de manera activa. Estas herramientas permiten a los usuarios explorar perspectivas diversas y conectar con movimientos sociales emergentes, promoviendo un uso responsable que incluye verificar fuentes y contrastar datos. Un enfoque también visible en Brasil, donde las plataformas han fortalecido la movilización ciudadana y el acceso a debates políticos. Sin embargo, la identificación de fake news se ha vuelto indispensable, ya que la rapidez con que se difunden mensajes falsos puede distorsionar la percepción pública y generar confusión, un desafío que se replica en Venezuela, donde la manipulación informativa ha marcado el discurso político y debilitado el debate democrático (Castells, 2015, p. 45).
El riesgo electoral para Colombia en 2026 reside en la posibilidad de que la desinformación socave la confianza en el proceso democrático, especialmente bajo el contexto polarizado del gobierno de Gustavo Petro, donde las tensiones políticas podrían amplificarse. El buen uso de las redes sociales, como buscar información confiable de organizaciones verificadas o expertos, puede mitigar estos riesgos; en contraste con los patrones observados en Venezuela, donde la deslegitimación electoral ha prevalecido, o en Brasil, donde la polarización ha crecido. Según Dahlgren (2009), fomentar la ciudadanía mediática—que incluye habilidades críticas para navegar estas plataformas—es esencial para proteger la integridad electoral, promover la transparencia y fortalecer la resiliencia democrática en el próximo ciclo (p. 78).
Redes sociales y el declive de la confianza democrática

Fuente: Elaboración propia datos de Latinobarómetro (2010-2024)
El gráfico muestra el promedio del uso de Facebook y la satisfacción democrática a lo largo del tiempo para Brasil, Colombia y Venezuela, con líneas que conectan los puntos por país. Esta visualización revela tendencias claves que reflejan el impacto de la desinformación en la confianza democrática. En Colombia, la satisfacción democrática disminuye de aproximadamente 39% a 17% a medida que el uso de Facebook aumenta de 29% a 68%, sugiriendo una correlación con la polarización electoral, especialmente en las elecciones de 2018 y 2022. Por su parte, Brasil muestra una fluctuación en la satisfacción (de 37% a 31%) con un uso de Facebook que crece hasta 57%, indicando desafíos similares en su proceso electoral de 2022. Venezuela exhibe una caída drástica de la satisfacción (de 49% a 14%), a pesar de un aumento en el uso de redes hasta 71%, lo que subraya un colapso democrático agravado por desinformación en un contexto autoritario. En síntesis, los datos sugieren una relación crítica entre las redes sociales y la democracia: a medida que el uso de redes sociales crece, la satisfacción democrática tiende a declinar, particularmente en periodos electorales, apoyando la hipótesis de que la desinformación erosiona la confianza ciudadana en la democracia.
La desinformación en las redes sociales representa un desafío significativo para la democracia colombiana, especialmente durante los procesos electorales, donde narrativas falsas amplificadas por algoritmos erosionan la confianza ciudadana y profundizan la polarización. Según Latinobarómetro (2023), el uso de Facebook en Colombia creció de 29,3% en 2010 a 68,3% en 2023, mientras que la satisfacción con la democracia cayó a 17% en 2020 y 2023, sugiriendo una relación indirectamente proporcional entre el uso de redes y la confianza democrática. En Brasil, el uso de redes alcanzó el 60,3% en 2020 con una satisfacción democrática del 21%, mientras que en Venezuela, con un 71,3% de uso en 2023, la satisfacción fue del 14%, acompañada de un colapso del índice de proceso electoral (The Economist Intelligence Unit, 2023). Estos datos indican que la desinformación puede agravar la desconfianza en contextos políticos diversos.
El concepto de "ecosistemas de desinformación" de Wardle y Derakhshan (2017) explica cómo las plataformas digitales amplifican narrativas falsas debido a algoritmos y polarización social. En Colombia, durante las elecciones presidenciales de 2018, se difundieron imágenes manipuladas en WhatsApp vinculando a Gustavo Petro con narcotraficantes, polarizando a los votantes y afectando la percepción de los candidatos (Gutiérrez Torres, 2022). En Brasil, las elecciones de 2022 estuvieron marcadas por afirmaciones falsas de Jair Bolsonaro sobre fraude en urnas electrónicas, propagadas en WhatsApp y Telegram, lo que cuestionó la legitimidad electoral (Machado et al., 2022). En Venezuela, el régimen de Nicolás Maduro usó deepfakes en 2024 para desacreditar a la oposición mediante falsos noticieros en inglés, consolidando narrativas progubernamentales (Fernandez, 2023). Finalmente, siguiendo a Allcott y Gentzkow (2017) la desinformación reduce la calidad de la deliberación pública, un efecto evidente en los bajos niveles de satisfacción democrática en los tres países.
Desafío de la desinformación en las elecciones Colombia-2026
La creciente incidencia de desinformación durante el gobierno de Gustavo Petro plantea riesgos significativos para las elecciones de 2026 en Colombia, donde la estabilidad democrática podría verse comprometida por narrativas falsas. Para evaluar este desafío en el contexto regional, el siguiente gráfico rastrea la variable "Electoral Process and Pluralism" entre Brasil, Colombia y Venezuela, cuyo comportamiento ilustra tanto la resiliencia como el colapso de procesos electorales frente a la manipulación informativa.

Fuente: Elaboración propia con datos de: The Economist Intelligence Unit (2025).
El gráfico presenta el promedio de la variable "Electoral Process and Pluralism" en el periodo (2010-2024) para Brasil, Colombia y Venezuela, según datos del Democracy Index. Brasil y Colombia muestran índices estables y altos, alrededor de 9,6-9,7 y 9,2, respectivamente, indicando procesos electorales que cumplen con el principio democrático elemental de “free and fair elections”. Sin embargo, Venezuela refleja un declive drástico desde 2017, cayendo de 6,2 a 0,0 en 2020 y manteniéndose así hasta 2024, señalando un deterioro autoritario influenciado por desinformación. En Colombia, el índice de 9,2 sugiere estabilidad, pero la aparición de campañas de fake news durante el gobierno de Petro plantea riesgos para la pluralidad electoral de cara a las elecciones de 2026.
Durante el gobierno de Gustavo Petro (2022-actualidad), Colombia enfrenta un incremento de desinformación que podría comprometer la integridad de las elecciones de 2026, pese a un índice de Electoral Process and Pluralism de 9.2 según el Democracy Index (The Economist Intelligence Unit, 2023). Ejemplos incluyen no solo rumores falsos sobre la "Ley de Tierras" en 2023, donde se alegó sin pruebas que el gobierno planeaba expropiar propiedades privadas, una narrativa amplificada en redes sociales para deslegitimar las reformas agrarias y polarizar a los electores (Semana, 2023), sino también manipulaciones promovidas por el propio presidente, como la difusión de una imagen falsa de un submarino narco con misiles Sam16 en julio de 2025, que X identificó como manipulada con IA y que generó críticas por erosionar la credibilidad institucional. Otro caso de fake news oficial fue la publicación en diciembre de 2024 de una noticia falsa sobre la muerte de la escritora Laura Restrepo, que Petro compartió sin verificar, amplificando el impacto en la confianza pública y destacando un patrón de desinformación desde el poder que supera en alcance las narrativas opositoras (Infobae, 2024). Estos casos, según Bennett y Livingston (2020), reflejan un "entorno de información tóxica" donde las redes sociales facilitan la propagación de contenido falso para influir en los procesos democráticos. En comparación, Brasil ha lidiado con desinformación sobre fraudes electorales en 2022, manteniendo un índice de 9,6 pero con creciente polarización (Phillips, 2022). Venezuela, con su índice en 0,0 desde 2020, ilustra el extremo, donde la censura y las fake news del régimen han suprimido la oposición (Human Rights Watch, 2023). Este contraste subraya la urgencia de contrarrestar la desinformación en Colombia para proteger la democracia y las elecciones en 2026.
Recomendaciones
Fortalecer la educación digital: Organizar talleres en comunidades para aprender a detectar fake news, como las narrativas manipuladas vistas en sus redes. La falta de habilidades críticas reduce la confianza en las elecciones.
Crear equipos de verificación regional: Establecer grupos en las instituciones electorales de Brasil, Colombia y Venezuela para desmentir información falsa rápidamente, como los rumores que afectan la satisfacción democrática. La desinformación debilita los procesos electorales. La acción conjunta restaura la credibilidad.
Promover colaboración con medios locales: Trabajar con medios confiables en Colombia para difundir datos verificados antes de las elecciones de 2026, abordando la polarización bajo el gobierno de Gustavo Petro. Las tendencias de uso de redes amplifican narrativas falsas. La alianza fomenta un debate informado.
Implementar el uso de IA para detección: Desplegar herramientas de inteligencia artificial, como las usadas en X para identificar contenido falso, en Colombia, Brasil y Venezuela. La proliferación de fake news en redes amenaza la confianza electoral. La tecnología mejora la verificación en tiempo real.
Conclusión
La desinformación ha comenzado a tejer una red compleja sobre el panorama electoral, con un impacto inmediato que podría teñir las elecciones de 2026 en Colombia, donde el contexto polarizado bajo Gustavo Petro abre la puerta a narrativas manipuladas que socavan la confianza, un eco que resuena en la erosión democrática de Venezuela y la polarización creciente en Brasil. En el corto plazo, hasta 2027, este fenómeno podría consolidar una brecha entre los ciudadanos y las instituciones, alimentada por el auge de herramientas como IA más avanzada en las redes sociales.
Hacia el mediano y largo plazo, entre 2028 y 2035, el desafío podría transformarse en un rasgo estructural de la región, extendiendo su influencia más allá de Colombia, Brasil y Venezuela si no se actúa, con actores internacionales como empresas tecnológicas o gobiernos foráneos moldeando los comicios mediante algoritmos sofisticados. En un escenario optimista, la irrupción de organizaciones civiles y plataformas de inteligencia artificial podría contrarrestar estas dinámicas, restaurando la credibilidad electoral, mientras que en uno pesimista, la proliferación de grupos opositores usando desinformación como estrategia podría profundizar la fragmentación social.
La senda hacia una democracia resiliente en Colombia y sus vecinos dependerá de la capacidad de las instituciones para adaptarse, promoviendo la verificación y el diálogo en un mundo cada vez más digital, especialmente hacia 2026, donde la balanza entre verdad y manipulación definirá el futuro electoral.
Referencias
Allcott, H., & Gentzkow, M. (2017). Social media and fake news in the 2016 election. Journal of Economic Perspectives, 31(2), 211–236. https://doi.org/10.1257/jep.31.2.211
Bennett, W. L., & Livingston, S. (2020). The disinformation order: Disruptive communication and the decline of democratic institutions. European Journal of Communication, 35(2), 163–180. https://doi.org/10.1177/0267323120915607
Castells, M. (2015). Networks of outrage and hope: Social movements in the Internet age (2nd ed.). Polity Press.
Dahlgren, P. (2009). Media and political engagement: Citizens, communication, and democracy. Cambridge University Press.
El Espectador. (2024, August 15). Desinformación en Colombia: Videos falsos amenazan la estabilidad política. https://www.elespectador.com/politica/desinformacion-en-colombia-2024/
Fernandez, M. (2023, March 2). Deepfakes are Venezuela’s latest disinformation tool, experts say. The Washington Post. https://www.washingtonpost.com/nation/2023/03/02/deepfake-videos-venezuela-disinformation/
Gramsci, A. (1971). Selections from the prison notebooks (Q. Hoare & G. N. Smith, Eds. & Trans.). International Publishers.
Gutiérrez Torres, J. (2022, June 2). False information ramps up ahead of Colombia’s presidential runoff. Poynter. https://www.poynter.org/ifcn/2022/colombia-presidential-election-2022-information-war/
Habermas, J. (1991). The structural transformation of the public sphere: An inquiry into a category of bourgeois society (T. Burger, Trans.). MIT Press.
Human Rights Watch. (2023). World report 2023: Venezuela. https://www.hrw.org/world-report/2023/country-chapters/venezuela
Infobae. (2024, December 28). Ni el presidente de salva, estas son las veces que Petro ha publicado noticias falsas en sus redes sociales. https://www.infobae.com/colombia/2024/12/28/ni-el-presidente-de-salva-estas-son-las-veces-que-petro-ha-publicado-noticias-falsas-en-sus-redes-sociales/
Infobae. (2025, July 8). Gustavo Petro es blanco de críticas por difundir imagen falsa en redes sociales: lo llaman “rey de las ‘fake news’”. https://www.infobae.com/colombia/2025/07/08/gustavo-petro-es-blanco-de-criticas-por-difundir-una-fake-news-en-redes-sociales-lo-llaman-rey-de-las-fake-news/
Latinobarómetro. (2023). Online Data Analysis (ODA). https://www.latinobarometro.org/odajds/
Machado, C., Mars, A., & Scott, M. (2022, October 30). Misinformation in Brazilian elections: Can the judiciary stem the tide of political misinformation? ODI. https://odi.org/en/insights/misinformation-in-brazilian-elections-can-the-judiciary-stem-the-tide-of-political-misinformation/
Phillips, T. (2022, October 28). Brazil elections: Misinformation and polarization dominate final stretch. The Guardian. https://www.theguardian.com/world/2022/oct/28/brazil-elections-misinformation-polarization-lula-bolsonaro
Semana. (2023, November 10). Falsos rumores sobre la Ley de Tierras desatan polémica en redes. https://www.semana.com/nacion/articulo/falsos-rumores-ley-de-tierras-2023/
Stroud, N. J. (2010). Polarization and partisan selective exposure. Journal of Communication, 60(3), 556–576. https://doi.org/10.1111/j.1460-2466.2010.01497.x
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